Vista Panoramica

En una ubicación privilegiada en la margen sur del río Douro, en Cima-Corgo, entre la ciudad de Régua y el pueblo de Pinhão, Quinta do Seixo, con sus 100 hectáreas, aparece como una de las más imponentes y tradicionales productoras de vino de la región del Douro vitivinícola.

Ofreciendo una vista impresionante sobre el valle, que se precipita en terrazas hasta el azul del río – un paisaje de esos que deleitan hasta el punto de dejar sin aliento – Quinta do Seixo ostenta una historia rica y secular de comunión con la naturaleza, traducida en la producción de vinos de elección.

La Quinta do Seixo se consagró como la tarjeta de visita de Sandeman en el Duero, con la imagen del Sandeman Don, una figura misteriosa con la capa de estudiante portugués y el sombrero jerezano, criado por George Massiot Brown en 1928, siendo el centro de atención.

En un paseo por los viñedos centenarios de la finca o mientras disfruta de una copa de Oporto junto al hogar, disfrute de la vista única que Quinta do Seixo tiene para ofrecer sobre uno de los paisajes más bellos de Portugal y del mundo. 

Una Bodega Innovadora

En Quinta do Seixo podrá descubrir una bodega equipada con la más avanzada tecnología de vinificación, perfectamente integrada en el paisaje del Douro y respectando la tradición en la elaboración de vinos de gran calidad.

Con una larga historia ligada a la elaboración de vinos, desde el siglo XVIII que la casa y la capilla originales de Quinta do Seixo ocupan una posición altanera y con vista privilegiada para el Río Douro y el pintoresco pueblo de Pinhão. Ya a mediados del siglo XIX, el artista William Prater diseñó esta Finca en detalle y es este grabado el que da la bienvenida a los visitantes a su llegada.

A par de esta casa típica del Douro y siguiendo la evolución de los tiempos, surgió una innovadora bodega, construida en niveles, acompañando el declive de la ladera y perfectamente integrada en el paisaje, utilizando materiales de la región, como el esquisto. 

Esta bodega, renovada en 2007, vuelve a conjugar lo mejor de la tradición y de la innovación en un proyecto de tecnología de punta y de gran versatilidad.

La vanguardia tecnológica es visible desde las tolvas, donde se hace la primera recepción y selección de las uvas durante la vendimia, hasta las cubas suspendidas de acero inoxidable, facilitando la monitorización de todo el trabajo de vinificación, pasando por los lagares robóticos donde, en un movimiento rítmico que imita el pie humano, es prensada una gran parte de las uvas, respectando al máximo la preciada materia prima.